La gestión del control del peso en el niño requiere un enfoque particular respecto al adulto. De hecho, en ámbito pediátrico es indispensable garantizar un crecimiento ponderal proporcionado al desarrollo del individuo mediante una ingesta adecuada de nutrientes y, al mismo tiempo, deben evitarse el sobrepeso y la obesidad, fenómenos en crecimiento en las sociedades modernas que pueden comprometer gravemente el estado de salud del niño.
Un enfoque correcto de la gestión del peso en edad pediátrica debería empezar por el control de los principales factores de riesgo, alimentación incorrecta y sedentarismo, con el fin de tutelar el estado de salud del niño y su crecimiento armónico y de prevenir la obesidad y las enfermedades que conlleva en el individuo una vez alcanzada la edad adulta.
El objetivo debería ser ralentizar o detener el aumento de peso excesivo, permitiendo que el niño crezca en altura manteniendo un peso proporcionado con su estatura. El medio más idóneo para alcanzar este objetivo es un programa dietético comportamental, actuado junto a la familia, que intervenga en distintos factores:
ALIMENTARIO adoptando un régimen alimentario adecuado, es decir, variado y sin excesos, que comprenda todos los alimentos en las cantidades adecuadas y que favorezca la fruta y la verdura y limite los alimentos y las bebidas con alto contenido en azúcares simples.
MOVIMIENTO reduciendo el sedentarismo mediante la práctica de
actividad física cotidiana, favoreciendo el juego libre y la actividad motora organizada.
En los casos en los que un correcto régimen alimentario y una adecuada actividad física no sean suficientes para contrarrestar el exceso ponderal que pone en peligro la salud del niño, puede ser útil intervenir, bajo la guía del pediatra, con un producto terapéutico específico.